Biografía resumida
de Oscar Wilde
Nació el 16 de octubre de 1854, en Dublín, Irlanda (cuando todavía
formaba parte del Reino Unido). Su padre, William, fue un exitoso médico y su
madre, Jane, una mujer muy interesada en las artes. Wilde tuvo un hermano, y
una hermana que murió siendo niña. Se educó en prestigiosas
universidades de Dublín y Oxford, especializándose en los clásicos
griegos.
En 1881, la publicación de sus Poemas le ofreció notoriedad, que aumentó gracias a su carisma, su forma
llamativa de vestir y sus charlas sobre el esteticismo. De hecho, fue
contratado para dar conferencias sobre este tema en diversas ciudades de los
Estados Unidos durante gran parte de 1882, con una extensa cobertura mediática.
En 1884 se casa con Constance Lloyd, con quien tiene dos hijos. La familia se
instala en Londres, y
Wilde escribe durante los siguientes once años varias obras,
aumentando su éxito literario.
Por un par de años dirige, además, una revista femenina. En 1895,
en pleno auge de su carrera literaria, sobreviene un hecho que marcaría su
desgracia. Lo que comenzó como una demanda por difamación intentada por Wilde
en contra del Marqués de Queensberry, luego de que este lo tildara de
homosexual (Wilde de hecho mantenía una relación con Lord Alfred Douglas, hijo
del marqués), terminó convirtiéndose en una acción penal en contra del propio
Wilde, puesto que en ese entonces la sodomía era un delito.
Las relaciones de Wilde con otros hombres, no sólo amigos de su
entorno sino también
Jóvenes dedicados a la prostitución masculina, salieron a relucir
luego de que Queensberry pagase detectives privados que escudriñaron en la vida
privada del escritor. A consecuencia del juicio, Oscar Wilde es condenado a dos
años de trabajos forzados, que cumple en su totalidad. Sobra decir que el
juicio fue todo un escándalo para la sociedad conservadora de la época y marcó también
el rompimiento definitivo con su familia. Constance (que muere en 1899) se
niega a volver a verlo (aunque nunca se divorciaron) y sus dos hijos deciden
cambiarse el apellido Wilde por Holland.
En 1897 sale de prisión, destrozado física y emocionalmente, y en
muy precarias condiciones económicas. Adopta el nombre de Sebastian Melmoth y
marcha a París, donde muere el 30 de noviembre de 1900 víctima de una
meningitis. Sus restos se encuentran enterrados en el cementerio parisino de
Pére Lachaise.
La obra de Oscar Wilde
Oscar Wilde no sólo fue un escritor prolífico, sino que cultivó
varios géneros literarios, a saber: Poesía. Su recopilación de versos,
publicada en 1881 bajo el título Poemas fue, como anotamos, su primer
éxito editorial. A su vez, una de sus últimas obras fue, precisamente, el poema
La balada de la cárcel de Reading Gaol, cuyo tema es la ejecución de un hombre por el asesinato de su
esposa. Se basa en un hecho real presenciado por Wilde mientras cumplía
condena.
• Ensayo. Wilde tuvo una
extensa actividad periodística, a través de cartas y artículos
publicados a lo largo de muchos años en varios periódicos
londinenses, especialmente el
Daily Chronicle, además de sus charlas sobre el tema del
esteticismo, o la importancia del arte por el arte. La principal recopilación
de estos escritos es Intenciones, publicado en 1891.
• Relatos. Curiosamente,
Oscar Wilde escribió solo una novela: El retrato de Dorian Gray, una de sus obras más conocidas, y que narra la historia de un
joven rico y apuesto que, consciente de que su juventud y belleza se irían
desvaneciendo con el tiempo, “vende” su alma y comienza a vivir de forma
desordenada y haciendo daño a sus semejantes. Aunque él se mantiene intacto
físicamente, un retrato que le ha hecho un famoso artista va reflejando su
envejecimiento y sus pecados.
Sobresalen también sus cuentos, recogidos en varias
recopilaciones. Tal vez los que más
recordemos sean, por ejemplo, El gigante egoísta, o El ruiseñor y la
rosa, así como el relato El fantasma de
Canterville.
Mención especial merece la epístola De Profundis, que escribió al propio Lord Alfred Douglas desde
prisión.
• Teatro. No obstante, el
mayor éxito, especialmente mientras vivía, se lo dieron sus obras de teatro,
siete en total: Vera o los
nihilistas; La duquesa de Padua; El abanico de Lady Windermere; Una mujer sin importancia; Salomé (escrita
originalmente en francés); Un marido ideal (1895);
y La importancia de llamarse Ernesto, su última y más destacada.
Oscar Wilde y sus frases célebres
Una de las razones por las cuales Wilde se mantiene vivo en las
mentes de las generaciones actuales es, seguramente, por sus frases ingeniosas,
que frecuentemente se reproducen en las más diversas ocasiones.
Se menciona mucho, por ejemplo, que cuando viajó a los Estados
Unidos en 1882 y el funcionario de Aduanas le preguntó si tenía algo que
declarar, Wilde respondió: “Nada, excepto mi talento”. Mi favorita, sin
embargo, es su comentario sobre el escritor George Bernard Shaw: “es un hombre que
no tiene enemigos, pero que es altamente odiado por sus amigos”.
También podemos reproducir, a modo de ejemplo, puesto que hay
cientos, la siguientes:
• "Amarse a sí mismo es
el comienzo de un idilio que durará toda la vida."
• "La muerte es la cosa,
la única, que me aterra siempre. La odio. Hoy se puede sobrevivir a todo menos
a ella."
• “No existen preguntas
indiscretas, sólo respuestas indiscretas”.
• "La vida es un teatro,
pero tiene un reparto deplorable."
• "Haría cualquier cosa
por recuperar la juventud... excepto hacer ejercicio, madrugar, o ser un
miembro útil de la comunidad."
• “La sociedad perdona a
veces al criminal, pero no perdona nunca al soñador”.
• “Que hablen de uno es
espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen”.
La influencia de Oscar Wilde en la literatura
Más que los propios escritos de Wilde, ha sido su personalidad y
su vida la que ha suscitado un gran interés, no sólo del público, sino de otros
escritores.
Son muchas las biografías sobre él, tanto de quienes lo conocieron
como de autores de generaciones futuras. Entre los trabajos que refieren a su
vida vale la pena mencionar la biografía escrita por André Gide, por ejemplo y,
más recientemente, la de Richard Ellmann, ganadora del Premio Pulitzer en 1989.
En 1895, en la cima de su carrera, se
convirtió en la figura central del más sonado proceso judicial del siglo, que
consiguió escandalizar a la clase media de la Inglaterra victoriana luego de ser
arrestado.[1] Wilde,
que había mantenido una íntima amistad con Lord Alfred Douglas (conocido como
Bosie), fue acusado por el padre de éste, el marqués de Queensberry, de sodomía.
Se le declaró culpable en el juicio, celebrado en mayo de 1895, y, condenado a
dos años
de
trabajos forzados, salió de la prisión arruinado material y espiritualmente. Su
peripecia en prisión fue descrita en dos obras: De Profundis, extensa carta
llena de resentimiento dirigida a Lord Alfred Douglas al final de su estancia
en prisión, y The Ballad of Reading Gaol, poema donde el ahorcamiento de un
compañero sirve como excusa para describir íntimos sentimientos sobre el mundo
carcelario.
Desengañado
de la sociedad inglesa, Wilde pasó el resto de su vida en París, bajo el nombre
falso de Sebastian Melmoth. Allí, y de la mano de un sacerdote irlandés de la
Iglesia de San José, se convirtió al catolicismo, fe en la que murió. La vida de Wilde ha sido llevada tanto al cine como al
teatro, especialmente lapreferida al desastroso juicio de 1895.
El 27 de mayo de 1895 Oscar Wilde fue condenado a dos años de
prisión y trabajos forzados acusado de sodomía con Lord Alfred Douglas hijo del
Constance Lloyd, esposa de Wilde, y Cyril, su hijo.
marqués de Queensberry. Las numerosas presiones y peticiones de
clemencia efectuadas desde sectores progresistas y desde varios de los más
importantes círculos literarios europeos no fueron escuchadas y el escritor se
vio obligado a cumplir por entero la pena. Enviado Wandsworth y Reading, donde
redactó la posteriormente aclamada Balada de la cárcel, la sentencia supuso la pérdida
de todo aquello que había conseguido durante sus años de gloria. Recobrada la
libertad, cambió de nombre y apellido (adoptó los de Sebastian Melmoth) y
emigró a París, donde permaneció hasta su muerte. Sus últimos años de vida se
caracterizaron por la fragilidad económica, sus quebrantos de salud, los
problemas derivados de su afición a la bebida y un acercamiento de última hora
al catolicismo. Sólo póstumamente sus obras volvieron a
representarse y a editarse. En 1906, Richard Strauss puso música a
su drama Salomé, y con el paso de los años se tradujo a varias lenguas la
práctica totalidad de su producción literaria. Su Muerte
En 1900 visita Sicilia y Roma en la primavera. En octubre es
operado de una otitis aguda y el 30 de noviembre de ese mismo año, muere en
París, en el Hotel d'Alsace de la Rue des Beaux Arts, a consecuencia de un
ataque de meningitis. Antes de morir, y en pleno uso de sus facultades
mentales, se convierte a la fe católica, recibiendo las aguas bautisma
les
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